Ciberconvivencia

Noticias sobre la convivencia entre internautas


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Atajar los problemas derivados del móvil en las aulas

En las escuelas de South Bergenite (Nueva Jersey) la política sobre uso de móviles y envío de SMSs está clara: los teléfonos deberán estar apagados en horas lectivas o serán confiscados.

Saben que todos los alumnos tienen uno y que los pades quieren poder comunicarse con ellos cuando van o vuelven de clase.

En los institutos de Lyndhurst y North Arlington tienen políticas similares con castigos según la infracción. A la primera reciben un aviso del profesor o profesora, a la segunda se les retira el teléfono que es entregado al director hasta el final del horario lectivo. A la tercera se le devuelve al teléfono al padre o madre y la cuarta se retiene durante 10 días. Hay incluso centros donde se retiene el teléfono indefinidamente.

Durante un curso lo habitual es que nadie llegue a la 4ª infracción. Entre 5 y 7 llegaron a la 3ª, 100 a la 2ª y unos 175 a la 1ª. Suelen confiscar un teléfono al día de media. Pero hay días que llegan a confiscar hasta 10.

No debería haber ningún aparato electrónico encendido en clase, a no ser la calculadora en las clases de matemáticas.

Pero el problema de los SMS no es sólo la distracción, sino la provocación: el ciberbullying mediante insultos e intimidación es un caso habitual: «Estás gorda», «Eres fea», «Tu novia es esto o aquello»… Son mensajes que suelen generarse fuera del colegio pero que acaban afectándole. La policía local mencionó un caso en el cual un intercambio de mensajes acabó con un chico quitándole y rompiéndole el móvil a su ex-novia. El padre de la chica lo denunció por robo.

Fuente: Southbergenite.com


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Reírse de un compañero en las redes sociales tiene su castigo

Un joven sevillano (mayor de edad) ha sido condenado a una multa de 100 euros por burlarse mediante un fotomontaje de un compañero. La foto fue difundida durante dos meses en la red social española Tuenti, con lo cual el juez considera que «provocó comentarios despectivos contra la víctima» y que supuso «un deliberado ataque a la dignidad personal del menor denunciante y a su imagen y buena fama entre los compañeros del colegio, guiado por el propósito de un menoscabo personal y moral».

Los menores que participaron en la burla, en cambio, han sido condenados a trabajos en favor de la comunidad en un comedor de caridad próximo al colegio.

Fuente: El País